Lunes 20 de noviembre, 2023

“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta”. 
Romanos 12: 1,2 (NVI)

Hace un tiempo, leí algo muy interesante. Imaginemos que estamos en un bote y el piloto automático está programado para ir hacia el norte, pero nosotros queremos cambiar de dirección e ir hacia el sur. No sabemos cómo hacer este cambio, así que nos aferramos al timón y, con todas nuestras fuerzas, lo giramos para cambiar el rumbo. Lo logramos, pero tenemos que mantenernos asidos al timón, usando toda nuestra fuerza por horas. Lo más probable es que, eventualmente, nos cansaremos, lo soltaremos, y terminaremos yendo hacia el norte, para el lado al que el bote estaba programado ir.

Eso mismo nos ocurre cuando tratamos de luchar contra nuestro propio piloto automático interno, que incluye nuestras creencias, los traumas vividos; es decir, la manera en que pensamos y actuamos. Poniendo toda nuestra fuerza de voluntad, tratamos de adquirir nuevas conductas. Lo intentamos muchas veces, pero luego nos cansamos y volvemos a los mismos hábitos destructivos que siempre gobernaron nuestras vidas. Esto lo podemos aplicar en todas las áreas de nuestras vidas. Volvemos a buscar parejas dañinas; nos desviamos de la dieta; volvemos a los malos hábitos. Si realmente queremos hacer cambios duraderos, tenemos que reprogramar nuestro piloto automático.

Tenemos creencias que nos limitan. Pensamos que nuestros defectos nos definen y que esa es nuestra verdadera identidad. Entonces, nos escuchamos decir frases como: “Bueno, heredé el temperamento de mi padre, siempre fui así”; “siempre tuve sobrepeso, viene de mi familia”. A veces, tenemos tantas cosas que cambiar que no sabemos ni cómo comenzar. Nos sentimos atrapados en rutinas sin sentido, relaciones abusivas, pensamientos destructivos y nos es imposible salir de ese espiral descendente. Es ahí cuando comenzamos a orar, leer la Biblia, a buscar ayuda externa, pero aún no estamos dispuestos a dejar que Dios haga Su voluntad en nuestras vidas. Todavía estamos queriendo controlar el rumbo de nuestras vidas.

Las adicciones a la comida, el alcohol, las drogas, el cigarrillo, no son el problema en sí; son solo un síntoma del dolor que hay interiormente, del vacío emocional que tratamos de llenar con algo. Cuando te sientes lastimado por algo que te hacen, no te enfoques en la otra persona, enfócate en ti. Ese dolor es una alarma que te dice dónde tienes que poner tu atención. Si en este momento estás enfrentando una tormenta muy fuerte, busca ayuda, ora, lee la Biblia, pero no esperando encontrar las respuestas que piensas que necesitas. Busca tener una relación más profunda con el Señor. No le digas lo que tiene que hacer, solo pasa tiempo adorándolo, dejando tus cargas en Él. Y verás que experimentarás la paz, que solo puede venir del cielo.

Aunque nuestras circunstancias no cambien, algo cambiará en nosotros. Empezaremos a mirar nuestros problemas como oportunidades para permitir que Dios vaya a lo profundo de nuestro corazón y comience a sanar esas heridas. Lo que pensemos, definirá cómo nos sentimos y eso determinará nuestros pasos.

Si quieres comenzar un plan para bajar de peso o mantenerte saludable, es muy probable que tu fuerza de voluntad no pueda mantenerte en el curso. Porque el problema no es que el plan sea muy difícil de seguir, o que te sientas tentado a comer lo que no debes. El problema está en que tienes que cambiar el piloto automático. Cambiar tus pensamientos destructivos, fijar tu identidad en Cristo.

La fuerza de voluntad es humana y está muy relacionada con las emociones, y a veces, o la mayoría de las veces, sucumbimos. Pero cuando le pedimos al Señor que nos dé dominio propio (Gálatas 5:22,23), ahí interviene nuestro espíritu, y con la ayuda de Dios podremos hacer los cambios.

Eso se logra pasando tiempo con Él, meditando en oración, pidiéndole al Señor que Él controle nuestras vidas. El Señor quiere que tengas una vida abundante, y no estoy hablando de riquezas, sino de recursos internos, para cuando vengan las pruebas, las tormentas puedas enfrentarlas con valentía.

Me he dado cuenta, en tantos años dando consejería, que no importan tanto las circunstancias que las personas enfrentan; puede ser una muerte, un divorcio, rebeldía de los hijos, vicios, lo que sea. Esa situación no es el problema en sí, sino los filtros mentales que esa persona usa para mirar la situación. Se pone los lentes de las creencias y mira todo a través de ellos.

Si piensas que todo te sale mal, que es un castigo de Dios; que nadie te quiere; que siempre estás solo; que a nadie le importas, seguramente no te sentirás victorioso, confiando en las promesas de Dios. Porque todas estas frases son creencias, es muy probable que no estés encontrando consuelo ni en la oración, ni en un consejero, ni en la Biblia. Necesitamos con urgencia que Dios cambie nuestra manera de pensar, y eso solo se logra pasando tiempo con Él. Si estás atravesando un dolor muy profundo que piensas que nunca terminará, cuéntaselo en oración, dile cómo te sientes, dile que Él vaya a lo profundo de tu alma y comience a sanar todas tus heridas, todos tus traumas, y poco a poco, tu mente será transformada, como dice el versículo que leímos al principio.

Necesitamos con urgencia que Dios cambie nuestra manera de pensar y sea el que dirija nuestras vidas.

Oración:
Señor, aquí estoy, delante de tu presencia. Ya me he cansado de tratar de cambiar las cosas por mi propio esfuerzo. Hoy permito que tomes el control de mi vida. Que me ayudes a hacer los cambios que deba hacer. Ve a los lugares más oscuros de mi alma, esos lugares donde yo no quise ir nunca más, pero que necesitan ser restaurados. Estoy lista para enfrentar cada defecto que tengo, sé que con tu ayuda mi mente y corazón serán transformados. Amén.

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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