Lunes 15 de Enero, 2024
Hace varios años que estoy dando consejería y he notado que, cuando las personas atraviesan momentos difíciles como la partida de un ser querido, un divorcio, hijos que se van de casa, mudanzas a otro país, o amistades que se rompen, en general, el común denominador suele ser la SOLEDAD. Pero también es cierto, que hay personas que se sienten solas, incluso cuando están rodeadas de gente. Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos enfrentado este sentimiento.
Jesús, cuando estaba colgado en la cruz, experimentó la soledad (Marcos 14:34), y Él es el único que ha prometido que siempre estará cerca y nunca nos dejará. Una vez que reconozcamos en nuestro corazón que Dios está con nosotros en todo momento, podemos dar la bienvenida a esos instantes de soledad, donde solo somos nosotros y el Señor.
Estos momentos son oportunidades para:
- Profundizar nuestra comunión con Él, quizás como una forma de atraer nuestra atención hacia Su presencia.
- Permitir que el Señor llene nuestros vacíos.
- Recordar que no estamos solos.
- Entregarle nuestro dolor y lágrimas, y aprender a descansar en Él.
Esta semana, compartiré una promesa diaria para que la puedas anotar, memorizar o tener presente, para que nunca te olvides que no estás solo. Cuando sientas soledad, repite el versículo del día y entrega ese sentimiento en el altar de la oración. La clave para aferrarte a cada promesa es la “FE” (Mateo 8:26).
Lunes
“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo librará el Señor.” Salmo 34:19.
David alabó a Dios por salvarlo de Abimelec, reconociendo Su fidelidad y protección en tiempos de angustia. Esto se aplica también a mí: no estoy solo en medio de la tormenta, Él prometió estar conmigo y librarme.
Martes
“¿A dónde me iré de Tu Espíritu, o a dónde huiré de Tu presencia? Si subo a los cielos, allí estás Tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí Tú estás.” Salmo 139:7-8.
David reconoció que Dios lo sabe todo y está en todas partes, y que es el creador y autor de la vida. Esta verdad me sostiene cuando la soledad me invade. Aunque me sienta vacío por la pérdida o el abandono, nunca estoy solo. Su presencia me envuelve y el Espíritu Santo me acompaña siempre. El Señor promete ser mi amigo cercano; Él está a mi lado para aliviar mi soledad. Cuando la soledad se presente de nuevo, buscaré al Señor en oración.
Miércoles
“Por cuanto estoy afligido y necesitado, el Señor me tiene en cuenta. Tú eres mi ayuda y mi libertador; Dios mío, no te tardes.” Salmo 40:17.
A pesar de sentirme afligido y necesitado, puedo confiar en la ayuda y liberación de Dios, como lo hizo David. Aunque la espera sea difícil, estoy agradecido por los resultados que veré. Hoy diré este salmo en oración al Señor, le contaré mis sentimientos y mis frustraciones. Y esperaré en Él.
Jueves
“Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservas; con cánticos de liberación me rodearás.” Salmo 32:7.
David expresa la confianza que tiene en Dios. Cuando me encuentro en momentos difíciles, acudo con fe a Él, pues Él es mi refugio, mi escondedero. Al refugiarme en Él, me siento a salvo de cualquier mal que pueda venir hacia mí.
Viernes
“El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.” Deuteronomio 31:8.
Estas palabras las pronunció Moisés a Josué. Josué se había formado al lado de Moisés. La presencia del Señor iría con él. Esto establece un principio para creer con fe y tener plena confianza en Dios. Él promete que nunca me dejará ni me abandonará.
Sábado
“No temas, porque Yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia.” Isaías 41:10.
Estas palabras fueron dadas a Israel, el pueblo de Dios. No tenían que temer, porque Dios estaba cuidándolos. De igual manera, Dios es fiel en cumplir sus promesas en mi vida.
Esta promesa me ayuda a tener paciencia en medio de las dificultades. No tendré temor si voy tomado de Su mano. Cuando le entrego mis problemas, puedo descansar y disfrutar de todo lo bueno que viene de parte de Dios.
Domingo
“Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:38-39.
Pablo estaba plenamente convencido de lo que afirmaba. Ni la muerte, con sus temores y angustias; ni la vida, con sus peligros; ni los ángeles, algunos creen que son los ángeles buenos, otros los malos; ni principados ni potestades, es decir, ni siquiera los espíritus de las tinieblas, poseen el poder suficiente. Tampoco lo presente ni lo por venir, ni la inestabilidad del presente, ni la incertidumbre del futuro. Es importante notar que Pablo no hace referencia al pasado, porque éste ya está confesado, perdonado y olvidado. Ni lo alto, asociado a la prosperidad, ni lo profundo, relacionado con la adversidad. Ni ninguna otra cosa creada, nada puede separarme del amor que Dios me tiene. Solo el pecado tiene ese poder, pero Dios lo resolvió enviando a su Hijo a morir por mis pecados. Al arrepentirme, recibo Su perdón. Él me ama y nada podrá separarme de Su amor.
Oración
Gracias, Señor, por cada día de esta semana, por recordarme que, en mi soledad y tristeza, Tú estás conmigo. Estas promesas me recordaron tu fidelidad y amor hacia mí. Gracias por tu maravillosa presencia en mi vida. Amén.
(Comentario Bíblico de Matthew Henry)