Domingo 24 de Diciembre, 2023

“¡Soy yo quien te responde y cuida de ti! Soy como el ciprés, siempre verde; tu fruto procede de mí.”
Oseas 14:8b (NVI)

Recuerdo las primeras navidades en la humilde casa de Billinghurst, en mi querida Buenos Aires, Argentina. En diciembre, estábamos en pleno verano, pero continuábamos con la tradición de la mesa dulce después de la cena: frutos secos, nueces, almendras, pan dulce, chocolates, confites, todo lo que necesitaríamos para pasar el invierno, ¡pero en pleno verano!. Recuerdo con mucha alegría el armado del arbolito. Mi mamá era la encargada de colocar las luces, que eran cuidadosamente sacadas de una caja ya avejentada (permanecieron en la familia por más de veinte años). Luego, mis hermanas y yo nos turnábamos para ir colocando con sumo cuidado los adornos navideños. Por último, mi papá era el encargado de colocar la estrella en la punta del árbol. Hermosos recuerdos de mi infancia, como la cena en familia, el abrir los regalos, la mesa dulce, la oración en familia antes de las 12:00, el brindis a medianoche, salir al patio a ver los fuegos artificiales y saludar a los vecinos de la cuadra.

Hay muchas historias y debates sobre los símbolos de la navidad, como es Santa Claus, conocido en otros países como Papá Noel, San Nicolás, Babbo Natale, etc.; pero en especial sobre el árbol de navidad. Si nos ponemos a pensar, el comienzo de nuestra historia se inició con un árbol en el huerto del Edén, cuando Dios les dijo a Adán y Eva que no podían comer del árbol del bien y del mal y ellos desobedecieron. Así como nuestra desesperanza vino de un árbol, nuestra redención también vino sobre un árbol. El Dios del universo se hizo hombre para venir a redimirnos y que podamos tener vida eterna. Aunque no sabemos con exactitud qué día nació nuestro Señor Jesús, es lindo tener un día especial para festejar su cumpleaños.

Hoy quiero recordarte que no estás sola, y aunque tus circunstancias no cambien, Dios está obrando a tu favor. Deja de mirar atrás con nostalgia; más bien, mira hacia adelante con total esperanza en lo que va a venir, teniendo plena convicción de que él te escucha. Y esto me recuerda lo que dijo el apóstol en 1 Pedro 5:7: “depositen en él toda ansiedad, porque Él cuida de ustedes”. Cuando la duda te invada, no te sientas incrédula o con falta de fe, sino tómala como una invitación maravillosa para comenzar a buscar al Señor con más intensidad.

No sé qué significado pueda tener el árbol de navidad para otros, pero para nosotras este año puede ser un recordatorio de que Él siempre está con nosotras, que su luz brilla más que nunca en nuestras vidas y escucha nuestras oraciones.

Oración
Gracias Señor, por venir a este mundo perdido y pecador, hacerte humano y sufrir en la cruz, para que hoy yo pueda tener vida eterna. Perdóname porque a veces olvido tu fidelidad hacia mi vida, especialmente cuando me siento preocupada o ansiosa. Tu misericordia está siempre conmigo. Gracias, gracias, gracias. Amén.

Feliz Navidad, querida amiga.

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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