Lunes 15 de Julio, 2024

Nos conocemos desde hace varios años y creo que ha llegado el momento de confesarme. Nací en un hogar cristiano y acepté a Jesús a la edad de 8 años. Siempre he estado inmersa en este ámbito y en las formas correctas de ser un buen cristiano: ir a la iglesia, orar, leer la Biblia. Sin embargo, a medida que fui creciendo, me di cuenta de que la esencia de ser cristiano no consistía en seguir reglas impuestas por la religión, sino en tener una relación con Jesús.

Nunca me pesó el congregarme, cantar o compartir con los hermanos; los sentía como una gran familia. Pero aquí viene mi confesión: me pesaba orar y me aburría leer mi Biblia. En aquel tiempo, no había tantas versiones disponibles como ahora, ni aplicaciones que hicieran más fácil la lectura e interpretación. Me encantaba participar en estudios bíblicos o clases, pero cuando llegaba la parte de leer la Biblia, esperaba que terminaran para luego seguir con la explicación de lo leído y su aplicación a mi vida. Pero con los años, comencé a enamorarme de la Biblia, a estudiarla y a leer el contexto antes del texto. Perdí el miedo a la mala interpretación. Hoy en día tenemos muchas herramientas a la hora de leer nuestra Biblia: acceso a varias versiones, diccionarios bíblicos, estudios bíblicos, todo disponible en internet.

La Biblia es una palabra inspirada por Dios, pero cobra vida cuando la lees y el Espíritu Santo comienza a enseñarte y mostrarte revelaciones para tu vida. Si no la lees, te pierdes la bendición de profundizar más en tu relación con el Señor y de todas las bendiciones que te aguardan al abrir tu Biblia.

Cada semana, nuestros devocionales siempre se basan en la Palabra de Dios, y mi motivación es que tengas a la Biblia como tu estandarte en cada momento de tu vida. Pero a veces, no sabemos cómo leerla o interpretarla y preferimos escuchar una predicación, asistir a un estudio bíblico o leer un devocional para no correr riesgos. Y aunque esto está muy bien, mi deseo con este devocional es que puedas realizar los tuyos propios o estudios bíblicos de manera acertada.

Hay varios métodos, algunos más complejos que otros, pero este es simple y práctico y te ayudará a leer tu Biblia, entender lo que dice, disfrutar el proceso y aplicar lo aprendido a tu vida, transformándola por el poder de Su Palabra. Al principio, te parecerá un poco técnico, pero a medida que incorpores este método en tu rutina diaria, fluirá de manera natural. A veces argumentamos que no tenemos tiempo, pero si analizamos nuestro día, nos daremos cuenta de que perdemos mucho tiempo en cosas que no nos dejan nada. Vale la pena invertir tiempo en leer la Biblia.

El método consiste en tres pasos que seguiremos para la correcta interpretación. Cada uno de los pasos incluye preguntas que nos haremos para aclarar el texto. Estos pasos son: observación, interpretación y aplicación.

1. Observación: nos haremos las siguientes preguntas:
¿Qué es lo que veo?

¿Cuáles son los hechos?

  • Analizaremos el contexto,
  • los personajes involucrados,
  • los términos que usa el autor del libro,
  • la forma literaria (si es poesía, narración, prosa)
  • y el lugar donde se desarrollan los hechos.

La aplicación de estos pasos, nos permite sumergirnos en el texto. Leer varias versiones de la Biblia nos da una mayor comprensión. También puedes hacer gráficos; por ejemplo, si estamos leyendo el libro de Mateo y quisiéramos saber cuántos milagros hizo Jesús, podríamos poner en una columna cada milagro, en otra las personas involucradas, y en otra cómo fue hecho el milagro (con un toque, una palabra), etc.

2. Interpretación: nos haremos la siguiente pregunta:

¿Qué significa esto?
Si hemos dedicado tiempo a la observación y hemos compilado la mayor información posible, nos ayudará en el desarrollo adecuado de este paso. Debemos evitar los riesgos que pueden aparecer: sentirnos demasiado confiados en la interpretación, leer solo el texto o párrafo seleccionado y dejar de lado el contexto de un libro, o distorsionar y malinterpretar lo que leemos.

Hay cinco claves para la correcta interpretación:

  • El contenido (preguntas como: ¿quién?, ¿qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?).
  • El contexto (antes y después).
  • Comparación (leer varias versiones).
  • Cultura (contexto cultural).
  • La consulta (usar concordancias, diccionarios bíblicos, manuales, atlas, comentarios bíblicos) si no entiendes algo o necesitas ampliar un concepto.


3. Aplicación: nos haremos las siguientes preguntas:
¿Qué haré con lo leído?

¿Qué diferencias prácticas me permitirá hacer en mi vida?

¿Cómo funciona esto?

  • Conocer el texto: nos ayudará a aplicar lo que acabamos de aprender.
  • Relacionar: si nos relacionamos con la palabra de Dios nos exponemos a ver las promesas hacia nuestras vidas, los mandamientos y ejemplos a seguir.
  • Meditar: Memorizar versículos y capítulos de la Biblia nos ayudará a meditar constantemente en ella.
  • La práctica: ¿Hay algún área de mi vida para la cual esta verdad es necesaria?


Visto el método para comenzar a estudiar la Biblia, necesitamos idear un plan, porque si no solo nos quedaremos en la teoría y un deseo. Aquí comienza la mejor parte, la acción transformadora en nuestras vidas. Tomemos la decisión de hacer cambios, ponernos metas en cómo vamos a leer la Biblia, ya sea leyendo un capítulo cada día o dedicando todo un mes a la lectura y estudio, de algún libro en particular. Estos son los pasos a seguir para aplicar lo aprendido a nuestro diario vivir.

Continuará…

Basado en el libro “Interpretación bíblica: Una introducción” de Howard y William Hendricks.

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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