Lunes 22 de Julio, 2024

“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas”
Mateo 6:33 (NVI)

Cuando nací, mis padres eran cristianos. Toda mi vida estuve involucrada en una iglesia; al principio como congregante y luego, a medida que crecía, comencé a participar en las diferentes actividades de la iglesia. Fui maestra en la Escuela Bíblica de niños, participé en las actividades de los jóvenes y toqué música en la banda de la iglesia. Cualquier actividad que hubiera, ahí estaba yo, lista para ayudar y servir a Dios. Eso era lo que sentía que significaba estar en el ministerio y ayudar a otros.

Sin embargo, hace algunos años empecé a sentir una cierta incomodidad en mi interior. No sabía realmente lo que estaba sucediendo. Al hacer una autoevaluación, el resultado parecía positivo. Iba a la iglesia, estaba involucrada en el ministerio, leía la Biblia, oraba y tenía una hermosa familia. ¿Qué estaba pasando?

Poco a poco empecé a acercarme en oración a Su presencia, sin largas listas de peticiones o deseos que había en mi corazón. Comencé a anhelar estar con Él, a reducir las voces internas, a enfocarme en adorarlo y escuchar su voz.

Me di cuenta de que la incomodidad que sentía se debía a que necesitaba pasar más tiempo con Él, anhelar Su presencia. Muchas veces pensamos que estamos haciendo las cosas bien porque en nuestra rutina matutina está leer la Biblia y orar, pero sentimos que es una obligación o pensamos que eso es lo que se espera de un buen cristiano.

Pero Dios está interesado en que pasemos tiempo con Él solo por amor, por conocerlo más. Conozco a personas que piensan que no es necesario tener un tiempo devocional porque dicen que están en comunión permanente con Dios. Esa es una gran verdad; la Biblia dice “oren sin cesar”, pero es importante separar un tiempo, alejarnos de nuestras obligaciones y dedicarlo a Él. Allí es donde renovamos nuestras fuerzas, encontramos nuestro propósito y Dios nos muestra lo que aún necesitamos cambiar. Allí donde la ansiedad está bajo Su control. Entonces, ¿por qué poner excusas y dejar de lado este maravilloso encuentro con nuestro Creador?

Oración
Señor, gracias por tu amor y misericordia hacia, mí cada día, nada ni nadie puede llenar mis vacíos emocionales, solo tu Señor puede llegar a lo profundo de mi corazón, iluminar las habitaciones oscuras y olvidadas de mi interior con la luz de tu presencia. Buscaré a diario tu rostro, no solo Su mano. En tu precioso nombre, amén.

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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