Lunes 15 de Abril, 2024

De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos.
Job 42:5

El libro de Job es un libro maravilloso. Si tienes la oportunidad de estudiarlo, descubrirás muchas perlas y paralelismos con nuestra actualidad.

Philip Yancey declara en su libro: “La idea central del libro de Job, no es el sufrimiento, que pensemos: ¿dónde está Dios cuando sufrimos?; el tema central es la fe, y que nos preguntemos: ¿dónde está Job, cuando sufre?”

Aunque seguramente no hayamos experimentado pérdidas tan grandes como las que tuvo Job durante su vida, a veces, las circunstancias que atravesamos se viven como tal.

Job, a pesar de que era considerado un hombre justo, no había logrado conocer en profundidad a Dios. Hacia lo correcto, pero su corazón no era correcto; había orgullo en él; no se conocía a sí mismo, y no conocía verdaderamente a Dios; se consideraba autosuficiente, seguro de sí mismo, sabio en su propia opinión y se justificaba.

Durante varios capítulos, el argumenta, se justifica y sus amigos dan su punto de vista, tal como la mayoría de nosotros lo hacemos. Hablamos demasiado, tratamos de encontrar una razón al sufrimiento y lo que decimos, en ocasiones, carece de conocimiento y sabiduría.

Dios no estaba castigándolo, estaba trabajando en su vida, llevándolo a un nivel de dependencia y confianza absoluta en Él. Job, a su vez, estaba tan ocupado en defenderse y argumentar, que no podía ver a Dios en sus propias circunstancias.

Vivir mirando constantemente nuestras circunstancias, especulando, justificándonos, o reclamando diciendo: “¿por qué estoy viviendo esto?” solo hará que nos sintamos agobiados y excluidos. Cuando nos lamentamos, culpamos a otros, nos justificamos o victimizamos, perdemos de vista lo que en verdad Dios quiere mostrarnos en esas circunstancias o los problemas que estemos atravesando.

Pero todo cambia, cuando Dios se le aparece.

Se desata una tormenta y Dios le habla a Job desde la misma tormenta.

En el capítulo 42, ahora Job tiene un nuevo concepto de Dios, ya no lo cuestiona, sino que confía en Él. Ahora tiene una nueva relación con el Creador y puede decir esas maravillosas palabras: “De oídas había oído hablar de Ti, más ahora, te veo con mis propios ojos”.

Dios está con nosotros, siempre. Descubramos la belleza en medio del sufrimiento, encontremos el propósito por cual estamos atravesando esa situación; eso cambiará nuestra perspectiva.

Cuando miramos nuestro dolor, nos sentiremos miserables.
Cuando miramos a Dios, el dolor se transformará en alegría.

Pongamos nuestra mirada en el Señor, no en las circunstancias, y aprendamos todo lo que tenemos que aprender, con humildad.

Oración
Señor, ayúdanos a desarrollar nuestra fe en medio de los problemas y las pruebas que se presenten en mi vida. Dame el valor para enfrentar este momento y poder seguir adelante y me llenes de la seguridad, pues mi esperanza esta puesta en mi Señor. En ti encuentro esperanza.

¿Señor, qué quieres de mí, qué más necesito entregarte? Aquí estoy rendido a ti.
En tu nombre, amén.

 

 

Compartir

Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

Leer más