Lunes 30 de Junio, 2025
Llegamos al último lunes de junio, y aunque parezca increíble, ya hemos transitado la mitad del año. Reflexionando sobre estos meses, es probable que algunos no lo hayan pasado tan mal, pero quizás otros, estén atravesando la tormenta más cruel que hayan tenido que enfrentar.
Quisiera que recuerdes que, cada vez que veas Carpe Diem, encontrarás versículos bíblicos y una parte práctica para ayudarte a fortalecer tu fe y tus valores cristianos. Además, tendrás la oportunidad de escribir en un cuaderno o diario, para que así quede grabado en tu mente.
Hay algo especial cuando escribimos de “puño y letra”. Hacerlo, nos ayuda a mejorar la comprensión, ya que estimula la actividad cerebral, favorece la retención de información y previene el deterioro cognitivo. Sincronizar la parte motora con la visual, ayuda a la formación de la memoria, tan asociada al aprendizaje. Lamentablemente, estamos perdiendo esta habilidad motora al escribir solo en celulares, tabletas o computadoras.
Por eso hoy quisiera que dediquemos este tiempo a alabar al Señor. Tal vez el dolor que sientes sea muy grande, pero en la alabanza las cadenas se rompen, la unción pudre todo yugo, y somos libres. Busca un lugar tranquilo y a solas, para que puedas leer en voz alta y pausadamente el Salmo 146, masticando cada palabra en alabanza a nuestro Señor. Luego, escribe en tu cuaderno una oración personal de alabanza y gratitud al Rey de reyes. Así, podrás experimentar lo que significa gozarse aun en medio de los desiertos de la vida.
¡Aleluya!
Alaba, alma mía, al Señor.
Alabaré al Señor toda mi vida;
mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.
No pongan su confianza en gente poderosa,
en simples mortales, que no pueden salvar.
Exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
y ese mismo día se arruinan sus planes.
Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está en el Señor su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y todo lo que hay en ellos,
y que siempre mantiene la verdad.
El Señor hace justicia a los oprimidos,
da de comer a los hambrientos,
y pone en libertad a los cautivos.
El Señor da vista a los ciegos,
el Señor levanta a los agobiados,
el Señor ama a los justos.
El Señor protege al extranjero,
y sostiene al huérfano y a la viuda,
pero frustra los planes de los malvados.
¡Oh Sion, que el Señor reine para siempre!
¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!
¡Aleluya!
Oración
Gracias, Señor, por este día de alabanza, recordando las maravillas que has hecho en mi vida. Tú me cuidas y siempre estás conmigo; nunca me has abandonado. Hoy alabo y glorifico tu nombre, porque maravillosas son tus obras.
¡Aleluya! Amén.