Lunes 25 de Agosto, 2025
Vivimos en un mundo que avanza con mucha intensidad. Los días pasan muy rápido y vamos dejando de lado aquello que nos ayuda a conectarnos más con Dios y con nosotros mismos. Escuchamos el mensaje del domingo y, para el lunes, ya lo hemos olvidado. Leemos un libro, escuchamos un estudio bíblico, un testimonio… y así, tan rápido como llegó, se va de nuestra mente. Lo que no está escrito se diluye en buenas intenciones y se reemplaza por ánimos cambiantes.
Practica ser intencional: escribe tus pensamientos, tus devocionales, los puntos principales de una prédica. Si hacemos eso, cuando lleguen las malas épocas, podremos releer lo que escribimos en los tiempos en que estábamos con la mente saludable y estable.
Yo suelo anotar en las “notas” de mi celular ideas relevantes, pensamientos o frases inspiradoras. Sin embargo, cuando hago mis devocionales personales por las mañanas, utilizo un cuaderno donde escribo “de puño y letra” los versículos bíblicos que siento que Dios me está mostrando. A veces anoto peticiones, oraciones de gratitud o aplicaciones prácticas de lo que acabo de leer.
Hay una conexión muy importante en el hecho de escribir a mano. En los niños, mejora la memoria y favorece la coordinación motora fina, sentando las bases del aprendizaje. Por eso, aunque el mundo se lea en letra de imprenta, la cursiva sigue enseñándose en las escuelas. En los adultos, escribir a mano ayuda a mejorar la comprensión, estimula la actividad cerebral, favorece la retención de información y previene el deterioro cognitivo. Sincronizar la parte motora con la visual, ayuda a la formación de la memoria asociada al aprendizaje. Estamos perdiendo esta habilidad al escribir solo en celulares, tabletas o computadoras. Por eso, quiero animarte a ejercitar tus capacidades cognitivas, y a que escribas y desarrolles tus propios estudios bíblicos.
Cada vez que veas un devocional con la imagen de “Carpe Diem”, encontrarás versículos enfocados en ayudarte a fortalecer tu fe, cultivar la adoración, la búsqueda de Dios, la esperanza, el contentamiento, etc. Y tendrás la oportunidad de escribirlos en tu libreta, cuaderno o diario, anotando lo que Dios te hable.
Así, simplemente escribiendo, lo que lees no solo llegará a tu corazón, sino que también quedará grabado en tu mente.
Carpe Diem…
Atrapa el momento.
Atrapa el día.
Aprovecha el hoy.
Isaías 55:12
Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz.
A su paso, las montañas y las colinas prorrumpirán en gritos de júbilo
y aplaudirán todos los árboles del bosque.
Juan 15:9-11
Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que tengan mi alegría, y así su alegría sea completa.
Salmo 118:14-15
El Señor es mi fuerza y mi canción; ¡él es mi salvación!
Gritos de júbilo y salvación resuenan en las casas de los justos:
¡La diestra del Señor hace proezas!
Salmo 126:5-6
Los que con lágrimas siembran, con regocijo cosechan.
El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas.
Salmo 16:11
Me has dado a conocer el camino de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia
y de dicha eterna a tu derecha.
Habacuc 3:17-18
Aunque la higuera no florezca ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el redil no haya ovejas ni vaca alguna en los establos;
aun así, yo me regocijaré en el Señor.
¡Me alegraré en el Dios de mi salvación!
Salmo 89:15-16
Dichosos los que saben aclamarte, Señor, y caminan a la luz de tu presencia;
los que todo el día se alegran en tu nombre y se regocijan en tu justicia.
Isaías 61:10
Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios.
Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia.
Soy semejante a un novio que luce su diadema o a una novia adornada con sus joyas.
Oración
Señor, ayúdame a buscarte intencionalmente, a dedicar el tiempo necesario para deleitarme en tu presencia y en tu Palabra llena de sabiduría.
Gracias porque tu misericordia se renueva cada día y me atraes a Ti con lazos de amor. Gracias por nunca dejarme, aunque muchas veces yo haya dejado de lado nuestra cita para atender otras cosas.
Perdóname, Señor, y gracias porque cada día me das una nueva oportunidad de tener una relación contigo.
En tu nombre, amén.