Detrás del sabor: los secretos de las etiquetas​

Las empresas que producen alimentos cuentan con fórmulas patentadas que integran distintos ingredientes. Sin embargo, cuando en la etiqueta aparece algo como “saborizado”, “sabornatural”, etc., resulta casi imposible saber con precisión qué contienen esos sabores. Podríamos imaginar que el “sabor natural de manzana” proviene simplemente del jugo de la fruta, pero la realidad dista mucho de eso. Para que ese sabor se conserve y se mezcle adecuadamente en los productos, se le añaden agentes estabilizantes y conservantes.

Esto explica por qué un sabor puede componerse de más de cien sustancias, incluyendo aditivos como el propilenglicol, polisorbato 80, BHT o BHA. Estos compuestos son considerados “aditivos incidentales” y, por lo tanto, no es obligatorio que se incluyan en las etiquetas, según las normas de la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.). En otras palabras, los ingredientes específicos detrás de los sabores no se revelan al consumidor, lo que los convierte en componentes enigmáticos.

Las etiquetas suelen mencionar únicamente “sabores naturales” o “sabores artificiales”, sin brindar información clara sobre sus diferencias.

Los sabores artificiales se crean en laboratorios a partir de compuestos sintéticos, sin origen natural. Por ejemplo, es posible producir un sabor de vainilla utilizando derivados de la pulpa de madera. Con estos compuestos, los químicos logran replicar el sabor de frutas como la frutilla sin que haya ninguna fruta real involucrada. Esto, aunque cuestionable desde el punto de vista de la salud, representa una ventaja económica para las industrias alimenticias, ya que resulta mucho más barato que emplear ingredientes naturales.

Por otro lado, los sabores naturales, aunque extraídos de fuentes biológicas (plantas, animales, etc.), también contienen una variedad de aditivos como disolventes, conservantes y emulsionantes. Estos aditivos, que no suelen figurar en la etiqueta, pueden representar hasta el 80% de la fórmula. Entre los más comunes se encuentran la glicerina, el benzoato de sodio, el sorbato de potasio y nuevamente el propilenglicol.

Estas complejas mezclas se diseñan en laboratorios, seleccionando compuestos entre cientos de opciones, algunos incluso modificados genéticamente. Muchos provienen de sustancias que nada tienen que ver con el alimento que representan. Un caso llamativo es el del “castóreo”, una secreción de las glándulas anales del castor, que se utiliza como saborizante de vainilla. Aunque suene extraño, se considera “natural”.

Por todo esto, es fundamental prestar atención a las etiquetas y, en lo posible, priorizar alimentos frescos y no procesados. Elegir frutas, verduras y comidas preparadas en casa puede marcar una gran diferencia. Aunque no podemos evitar completamente la exposición a químicos, conservantes y aditivos, reducir su consumo es un gran paso hacia una alimentación más saludable.

Resumen:

Sabor Artificial Mezclas químicas hechas en un laboratorio con ingredientes sintéticos, no naturales. Se producen por manipulación química de diversos productos químicos como el petróleo crudo o el alquitrán de hulla. Contiene “aditivos incidentales”.
Sabor Natural El sabor natural es prácticamente lo mismo que el sabor artificial, pero se deriva de sustancias que se encuentran en la naturaleza (plantas, animales, etc.). También contiene conservantes, emulsionantes, disolventes y otros “aditivos incidentales”, que pueden constituir aproximadamente el 80% de la formulación.
Sabor ‘X’ NaturalEj: “sabor durazno natural” Lo mismo que los sabores naturales, pero el sabor se deriva únicamente de la fruta, verdura, animal o planta nombrada. Contiene aditivos incidentales.
Sabor ‘X’ Natural y Artificial Contiene sabores naturales y artificiales en un producto. No significa necesariamente que se use, por ejemplo, cerezas.
Sabor ‘X’, con otro Sabor Natural Contiene un sabor derivado de la planta o animal descrito (‘X’), pero también otros sabores naturales que no provienen de la planta o animal nombrado (‘X’). Esto no necesita ser revelado en una lista de ingredientes.
Sabor Natural Orgánico Sabor natural que sigue las regulaciones orgánicas, pero puede contener aditivos incidentales, aunque no contiene disolventes sintéticos ni conservantes.
Sabores Naturales (en un producto ‘Orgánico Certificado por el USDA’ o ‘Hecho con Orgánico’) El sabor en sí no es orgánico, pero cumple con las regulaciones orgánicas. Puede contener aditivos incidentales, pero no debe contener solventes sintéticos ni conservantes.
Esencias Naturales Una esencia captura el toque de sabor de una fruta o verdura. Para hacer una esencia de fresa, por ejemplo, pueden comenzar con un concentrado de jugo de fresa y calentarlo para recoger el vapor y eso se convierte en la esencia. No debe contener aditivos incidentales.

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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