Lunes 16 de Septiembre, 2024

¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; 20 fueron comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen con su cuerpo a Dios.
1 Corintios 6:19,20

Quizá durante toda tu vida has estado sumido en la tristeza y baja autoestima por situaciones que sucedieron en el pasado, especialmente en tu infancia. Ya sabes que eso puede quedar por ahí guardado, generando pensamientos negativos y repercutiendo en la manera en que enfrentas todo en tu vida, partiendo por la actitud y la alimentación.

Pues ya que sabes la relación que existe en toda esta telaraña, es hora de deshacerse de esos recuerdos, sanar, dejar atrás y comenzar a vivir de manera distinta, con conciencia de salud.

¿Has escuchado hablar de la epigenética? Es la forma en que nuestros genes manifiestan o, por decirlo de alguna manera más gráfica, “escriben” las instrucciones para nuestras células. Es decir, el código del ADN es uno, pero lo que nos diferencia a cada ser humano es la epigenética, o sea, la secuencia “instructiva”. Esta es la encargada de regular cada característica que tenemos dentro de nuestro organismo, desde las más básicas, como la manera en que procesamos las proteínas y otras sustancias.

Nacemos con esa secuencia y a medida que vamos creciendo cada proceso celular ocurre de acuerdo con ese “instructivo”, porque es su memoria. Sin embargo, es un proceso que puede modificarse por el ambiente, y eso es lo interesante. Es decir, quizá por “genética” tienes predisposición a ciertas enfermedades, como la diabetes, porque tu secuencia así lo indica. Sin embargo, si tienes los hábitos correctos, puedes cambiar la forma en que funciona y jamás manifestar la enfermedad.

Los hábitos definen nuestra calidad de vida actual y a futuro. La alimentación y la manera en que nos exponemos al ambiente y a las diversas sustancias químicas influyen en la activación y desactivación de los genes.

La exposición a químicos, y la dieta que llevamos, pueden alterar la manera en la que funcionan los genes. Por lo tanto, la ecuación es muy sencilla: si cambias tu forma de alimentarte y cuidas de no exponerte a contaminación excesiva, ¡puedes cambiar tu genética! ¡Ya no necesitas responsabilizar a tus ancestros ni a nadie por tu salud!

Oración
Señor, ayúdame a entender que mi vida te pertenece y que mi deber es cuidar mi mente, alma, cuerpo y espíritu. Ayúdame a cuidar mi alimentación, a cuidar mis pensamientos, a guardar mi corazón. Deseo buscarte a diario, para así tener una vida plena, en tu presencia, y así poder enfrentar las circunstancias adversas que se presenten en mi camino.
En tu nombre, amén.

Tomado del libro Busca tu propio ángel de Liliana Gebel
Link: https://a.co/4JdboPp

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Liliana Gebel

Liliana Gebel es una reconocida influencer, líder y autora.

Es Asesor en Salud y Nutrición y tiene un Diplomado Plant Based Chef, que la ha ayudado a llevar una vida más saludable. Es también Coach de Vida y ha aplicado...

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